«Os deseo un parto sin llanto, una vocación
inscrita en la frente. Un aura brillante y un pelo muy suave, una
hermana menos mona y un padre superable. Un abuelo que haya hecho
fortuna en Cuba, una casa en el campo que gire con el sol.
Os deseo el hambre de vida que se fué con la
escuela. El osito que tu madre eliminó por su cuenta. Una estrella que
cumpla un deseo olvidado desde un verano remoto, en el campo de fútbol.
Y una oportunidad, un compañero. Haber tocado fondo alguna vez y que en
tu leyenda diga que alzaste el vuelo (...)
Os deseo una colleja a tiempo de un ángel caído
que te cuida de cerca. Llamadas perdidas de un familiar muerto. Una
mirada de un torero ante esta vida desierta, el orgullo extirpado en
formol enlatado y en paz dejar este mundo, durmiendo la siesta.
Os deseo un periódico abierto en las manos, que
las malas noticias se escapen volando. Una hoja en blanco que llenas
cada día de mil lugares distintos, siguiendo tu pista (...)»
Enric Montefusco _ Todo para todos
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